Israel es conocido por
su admirable historia, poderío militar, adelantos científicos, tecnología
aplicada, organización social y lucha contra las condiciones naturales; pero
también, por su innovador enfoque agrícola, especialmente en lo
atinente a la forma de operar sus comunidades rurales. Son entonces los Kibutz,
Moshav y Moshav Shitufí, adalides y ejemplo de la cooperación y la vida
comunitaria, así como fuertes impulsores del asentamiento y desarrollo del país.
El kibutz, quizás el más conocido de los tres, es una comuna
agrícola donde todo es compartido. Desde la tierra hasta los recursos y las
ganancias, los miembros del Kibutz viven según el principio de igualdad y
trabajo colectivo. Esta estructura ha permitido que los kibutzim (plural) prosperen
en áreas de agricultura, industria y servicios, manteniendo un fuerte sentido
de comunidad y solidaridad. Un buen ejemplo a seguir.
El Moshav que ofrece un modelo ligeramente diferente. Aunque
todavía se basa en la cooperación, permite la propiedad privada de las granjas.
Los miembros del Moshav trabajan juntos en áreas como el mercadeo y la
adquisición de suministros, manteniendo cierta independencia en la gestión de
sus propias granjas. Esta combinación de esfuerzos colectivos e individuales ha
hecho que los Moshavim (plural), sean populares entre aquellos que buscan un
equilibrio entre la vida comunitaria y la autonomía personal.
El Moshav Shitufi es menos conocido, pero igualmente interesante, ya
que combina aspectos de ambos modelos. La producción agrícola es colectiva,
similar a un Kibutz, pero las decisiones de consumo se dejan a los hogares
individuales, reflejando la influencia del Moshav. Esta mezcla ofrece una
alternativa atractiva para aquellos que valoran tanto la cooperación económica
como la independencia social.

Estas comunidades
reflejan la diversidad y adaptabilidad de la población en términos de
organización social y producción agroindustrial. A pesar de los desafíos, han
demostrado ser resilientes y continúan siendo un componente vital de la
identidad y economía israelí. Además de su responsabilidad con la cooperación
y la innovación, los Kibutzim, Moshavim y Moshavim Shitufim; no solo son
fascinantes desde un punto de vista sociológico, sino también como modelos de
sostenibilidad y éxito agrícola. Sin embargo, no todo es belleza y dulzura en
este Valle del Jordán, la inseguridad personal reina y campea en estos campos
de Dios, elevando el compromiso de las organizaciones rurales en la defensa y
resguardo de sus asociados. Son víctimas constantes del ataque inmisericorde de
sus adversarios ideológicos, teniendo la necesidad de trabajar con una mano en el
arado y la otra empuñando el fusil. Pendientes siempre de observar cultivos,
animales y agua. Atentos a las quejas y reclamos de los propios asociados,
asimismo al sonido de las alarmas para salir corriendo con premura al refugio.
Produciendo, repartiendo, vigilando, controlando, administrando, educando y
orando, no sabemos si les queda tiempo para su esparcimiento y recreación. Dios los
proteja.
N.H. ABRIL, 2024
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