La carretera Rubio - San Cristóbal, en el Estado Táchira, Venezuela, es una arteria vial de 22 Kms., que conecta estas importantes localidades de la región. La vía fue inicialmente construida a mediados del gobierno de Marcos Pérez Jiménez y posteriormente mejorada durante el período de Rómulo Betancourt. Atraviesa una topografía variada que incluye terrenos planos y zonas con pendientes pronunciadas. Estos cambios de relieve contribuyen a la complejidad del mantenimiento y conservación, ya que las áreas más elevadas (10% al 15% de pendiente) sobre terrenos arcillosos y arcillo-arenosos, son propensas a generar deslizamientos de tierra, rocas y causar erosión. En particular, los deslizamientos de los cerros, los hundimientos y las fallas de borde son problemas recurrentes que afectan la seguridad y la transitabilidad de la carretera; situación que se agrava durante la temporada lluviosa, lo cual hace imprescindible un mantenimiento constante y efectivo.
La acción limitada de las 3 alcaldías involucradas en el problema, San Cristóbal, Libertad y Junín; se reduce ocasionalmente a labores de limpieza de vegetación lateral, trabajos en alcantarillas y recolección del material que afecta la calzada. Esto lo complementa el bacheo con “asfalto reciclado” efectuado por vecinos del tramo vial, que a veces se percibe como el único y más destacado esfuerzo realizado. Las preguntas que martillan la mente de muchos habitantes son: ¿Qué ha pasado? ¿Por qué tanta indolencia? ¿A quién inculpar? ¿Qué hacer?
La respuesta puede encontrarse en la magnitud de los desafíos que enfrenta la carretera y la necesidad de una inversión sostenida y ejecución honesta para mantenerla en condiciones normales. El llamado de los usuarios refleja el sentir de la comunidad, que pide soluciones y un compromiso real e inmediato. Es hora de actuar con responsabilidad y competencia, para asegurar que dicha infraestructura vial reciba la atención que merece. En resumen, su mantenimiento y mejora son imprescindibles para asegurar la seguridad de los viajeros, facilitar el intercambio comercial, evitar el desperfecto de vehículos y elevar la eficiencia del transporte en la región. La colaboración entre el gobierno regional, las alcaldías y la comunidad es esencial para solucionar problemas. Ya basta de tanto enfrentamiento inútil, empeñado en demostrar quién es el más malo e insensible de todos. ¡Se cansa uno...!
Néstor H. Enero 2025