Sí partimos de la
premisa que la Planificación,
constituye una de las fases fundamentales del proceso administrativo y señalamos
que en el sector agrícola su importancia es mayor, debido al elevado riesgo que
caracteriza a las estas actividades productivas; podemos sostener que la
formulación de planes presupuestarios, es necesaria para asegurar el éxito que
se aspire conseguir. Ahora bien, si me preguntan si esta formulación se realiza usualmente en nuestro campo latinoamericano, mi respuesta
es casi no,, para evitar decir NO. Aún cuando no se requiera ser experto para
elaborar un Presupuesto Agropecuario, si deben conocerse algunos elementos
básicos.
Digamos que la adecuada formulación
de un Presupuesto está
relacionada con la percepción y visión del planificador, su actualización
en precios y costos y el logro de la participación activa del productor;
pues prácticamente arranca de cero (0), al confrontar serias dificultades en la
obtención de información básica como parámetros, estándares y valores
confiables. Ya afirmamos que la mayoría de los productores latinoamericanos no
presupuestan, ni mucho menos planifican sus actividades e inversiones, a no ser
cuando se ven obligados para acceder a créditos a largo plazo que concede la
banca pública y privada. Por otra parte, las organizaciones gremiales e
instituciones gubernamentales deben entender que al presupuestar y obviamente planificar
las fincas, muchas obras y programas de fomento agropecuario tendrían mejor
asidero y fundamento, razón por la cual no se despilfarrarían tantos recursos.
Entre las razones y ventajas
que existen para que los agroproductores, las organizaciones y las propias
instituciones gubernamentales del sector agrícola, se ocupen de realizar
planes presupuestarios en forma concertada, tenemos:
- Favorece la obtención de información básica sobre Costos y Beneficios de las actividades agropecuarias
- Facilita la selección de las alternativas más convenientes
- Determina el nivel de compromiso y los límites reales de participación de los productores en los planes que se elaboren
Cuando se indica que el Presupuesto es una de las formas
sencillas de planificar, es porque nos permite seleccionar las mejores alternativas
fácilmente; quiere decir que podrá informarnos sobre cuales actividades son
prioritarias, cuáles de ellas se podrían realizar parcialmente y también cuáles
deberían aplazarse necesariamente, sí consideramos, por ejemplo, los recursos
monetarios que disponemos sean propios u obtenidos a través de gestión
crediticia.
La formulación de
un Presupuesto Agropecuario
involucra elaborar un plan de explotación en el cual se destacan los cambios
propuestos, las aspiraciones del propietario, las limitaciones y los recursos
disponibles. Se diseñan cuadros y diagramas, se calculan ingresos, costos, utilidades
y se visualiza el posible resultado económico, pues realmente un "presupuesto
es una declaración de resultados anticipados" de las actividades a
realizar. Cuando se elabora un presupuesto agropecuario, se busca y procesa
información sobre:
- Superficie de la finca
- Inventario de los recursos disponibles
- Volumen y valor de la producción esperada
- Precios vigentes del mercado
- Ingresos
- Costos
- Utilidades probables
Un trabajo de ésta naturaleza implica
que se pudieran conseguir resultados no esperados cuando se realice su
ejecución, sin embargo esto no quiere
decir que haya sido mal elaborado, sino que pudo haber sido afectado por una
serie de aspectos sobre los cuales, ni el planificador ni el mismo propietario
tienen control suficiente, como por ejemplo: Lluvias torrenciales, sequía, huelgas,
demoras crediticias, accidentes, importaciones desmedidas, cambio monetario
etc.
Debemos tener presente que existe la
posibilidad de realizar "ajustes ó reprogramaciones" presupuestarias
para enfrentar administrativamente cualquiera imprevisto manejable, es decir
que un presupuesto es
proclive a modificaciones, lo importante es que se adquiera la habilidad,
conocimiento y experiencia suficiente para no incurrir en fallas recurrentes,
que impidan aprovechar el beneficio que produce su aplicación. Si los
productores consideran dejar esta labor exclusivamente a los agrotécnicos, entonces
deberán preocuparse por contratar la persona idónea que los ayude a efectuar
las cosas como Dios manda y no dejar todo al azar, ni a su propia imaginación.
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